Destino de los justos y
de los impíos.
¿Qué es el cielo
nuevo y la tierra nueva? Ap. 21; 2 P. 3:10-13; Is. 65:17
Es el lugar eterno, preparado por Jesucristo (Juan 14:1-3) para morada de los
justos.
Este es un lugar de perfecta felicidad y paz; es la recompensa final para los
hijos de Dios y donde de una forma definitiva será restaurado, en el cielo y en
la tierra, el reino eterno de Dios. Allí, Dios, en toda la plenitud de su
deidad trina, Padre, Hijo y Espíritu Santo será adorado, tanto por los seres
angelicales como por los hombres y mujeres redimidos por “la sangre del
cordero”.
1) El Cielo, su naturaleza.- El Cielo, como el lugar preparado por Dios como
recompensa y vivienda para los justos cuando pasemos a la eternidad, es
hartamente enseñado en la
Biblia. Fue una de las promesas más esperanzadoras que Jesús
dio a sus discípulos: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no
fuera yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si
me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mi mismo, para que
donde yo estoy vosotros también estéis” (Juan 13:2-3). Un vislumbre de ese
lugar, lo tuvo Pablo cuando Dios le dio aquella gran revelación del cielo:
“Conozco a un hombre en Cristo (el mismo Pablo) que hace catorce años...fue
arrebatado al tercer cielo...al paraíso donde oyó palabras inefables que no le
es dado al hombre expresar...” (2 Cor. 12:1-4) . A ese tercer cielo o paraíso,
llamado simbólicamente “la
Jerusalén celestial”, que es la habitación de una “compañía
de muchos millares de ángeles”...” es donde reside “la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos”, es donde está “Dios el Juez de
todos” y “los espíritus de los justos hechos perfectos”. (Hebreos 12:22-24).
Ese lugar de bienaventuranza es el lugar a donde Pablo quería ir a vivir:
“Porque para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia. Mas, si el vivir en
la carne resulta para mi en beneficio de la obra, no sé entonces que escoger.
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y
estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero el quedar en la carne es más
necesario por causa de vosotros...” (Filp. 2:21-24 comp. con 3:20-21 y 2 Cor.
5:1-10).
2) Descripción del cielo.- Es difícil describir con palabras humanas el Cielo.
Éste es una bendición futura de la cual no hemos participado todavía, sin
embargo las frases y nombres que se le aplican pueden darnos una idea de él:
--- Se le describe con el nombre de Paraíso.- Este nombre nos recuerda el hogar
de nuestros primeros padres el cual contaban con la presencia de Dios y su
comunión. Un lugar de paz y armonía, de belleza inaudita e indescriptible.
(Apoc. 2:7; 2 Cor. 12:4)
--- Jesucristo le llamó “la Casa
de mi Padre”.- (Juan 14:2) Con sus numerosas mora-das, nos proporciona un lugar
familiar, de descanso y comunión.
--- Un país celestial.- (Heb. 11:13-16) País al cual nos dirigimos, como en la
antigüe-dad los Israelitas se dirigían a Canaán, la tierra prometida.
--- Se compara con una ciudad.- Que nos sugiere una sociedad organizada. (Heb.
11:10; Apoc. 21:2).
3) La gloria refulgente del Cielo.- Una revelación hermosísima de lo que será
el Cielo, se nos revela con palabras humanas en el cap. 21 de Apocalipsis.
Veamos algunas de sus características:
--- Será una nueva creación física. v. 1 (v.5)
--- Será habitación eterna de los redimidos. v. 3 (comunión mutuas)
--- Existirá una comunión perfecta con Dios. v. 5
--- No habrá mas sufrimientos. v. 4
--- Habrá satisfacción plena de todas las necesidades espirituales. v. 6
--- Gozaremos de la comunión paternal de Dios. v.7
--- Tendrá la gloria de Dios. v. 11
--- Estará ornamentada primorosamente. vs. 11-21
--- Será la morada de Dios. v. 22
--- Tendrá la lumbre de Dios. v. 23 (22:5)
--- No imperará más el pecado en medio de los hombres. v. 27
--- Será el asiento del Trono de Dios. 22:3
--- No habrá mas maldición. v. 3
--- Se acabará el tiempo, entraremos en la eternidad. v. 5
4) El infierno.- (Estado de condenación eterna del impío).
Desde el momento que el hombre pecó, vino a estar bajo condenación: “Por tanto,
como el pecado entró al mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron...” Rom. 5:12. La
sentencia de condenación se efectuó, justo en el momento en que el hombre fue
expulsado del huerto del Edén. La aplicación de la justicia de Dios abarcó tres
aspectos: primero: muerte espiritual, que significa el corte de las relaciones
con Dios; segundo muerte física, que significa el corte y límite de la vida
corporal; tercero: permanencia del estado de muerte espiritual, en tanto el
hombre vive su vida física y cuarto, exclusión eterna de la presencia de Dios.
El hombre ya está condenado, pero esta condena implica algo más: el hombre
“muerto en delitos y pecados” acarreará las consecuencias eternas de su
desobediencia:”Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que
os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder; el llama
de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, excluidos de la
presencia del Señor y de la gloria de su poder...” 2 Tes. 1:5-10.
a) Concepción antiguo testamentaria sobre el destino de los impíos.- En el A.
T. la revelación del “mas allá” no era tan completa como la tenemos revelada en
el N. T. Sin embargo hay suficientes referencias para darnos un panorama de lo
que ellos creían en relación a la condenación de los impíos: “Los malos serán
trasladados al SEOL, todas las gentes que se olvidan de Dios” (Salmo 9:17 comp.
con Job 24:19).
¿Qué
era el SEOL? Un estudio detallado de esta palabra nos revela que este era el
lugar donde iban a parar los impíos de una forma consciente. (Núm 16:33; Job
17:13;Salmo 55:15; Isaías 14:9, 15; Ezedq. 32:21; Jonás 2:2) . NO se refiere al
sepulcro, como algunos creen. En el hebreo se utilizaba una palabra diferente
para el sepulcro, ella es “queber”, el cual se puede cavar y construir con las
manos. El SEOL no se cava ni se construye, está hecho, está en las
profundidades de la tierra. En el”queber” se colocaba el cuerpo, Al SEOL iba a
parar el espíritu o alma de la persona. Véase los siguientes pasajes. (Gén.
37:35; Núm 16:33; Deut. 32:22; Job. 17:13; Salm. 16:10)
b) Concepción novo testamentaria sobre el destino de los impíos.- En el N. T.
los escritores amplían la doctrina del “más allá” y nos dan un cuadro sumamente
terrible de la condición de los impíos en ese lugar. Jesús descorre las
cortinas del mundo de los muertos. En Lucas 16:19-31 vemos al rico de la
historia en el HADES. ¿Qué es el Hades?. La palabra Hades es la traducción
griega de la palabra hebrea Seol. La palabra “infierno” es la traducción
castellana de la palabra Hades en algunos pasajes de la Biblia. Las tres
palabras aluden al mismo lugar. Jesús nos muestra que el el Hades o Seol,
(infierno) hay plena conciencia del sufrimiento y pleno conocimiento de las
personas que han partido de este mundo a la eternidad. El Hades o Seol es un lugar
de espera para el impío, hasta que se celebre el Juicio Final, de igual forma
que un reo espera en el calabozo su juicio. Un día se ha de celebrar juicio
para los impíos y se oirá la ratificación de la condena. (Apoc. 20:11-15). En
aquél día los impíos serán echados en el lago de fuego (v. 15 y 21:8), en el
fuego que “nunca se apagará” junto con el diablo, la bestia y el falso profeta
para ser atormentados por los siglos de los siglos (Apoc. 14:9-11; 19:20; Mateo
25:41; Luc. 3:17, etc). El infierno es tan real como tan real es el cielo. La
conciencia plena y seria de estas verdades deben ser un alerta para nosotros
para no perder la corona de la vida que Jesucristo ha preparado para los que le
le aman.
Para mas informe sobre este tema haga click en: J. ¿Es el infierno una realidad
escritural?
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