En esta hora quisiera charlar un ratito con ustedes y reflexionar sobre un
Versículo de la
Biblia que
recoge unas palabras muy hermosas de Parte de Jesucristo Nuestro Señor.
Palabras que aunque se pueden aplicar a todo el mundo necesitado, sin embargo
son dirigidas especialmente a la
Iglesia , y en lo particular a cada creyente como parte
integrante de la
Iglesia de
Jesucristo. Estas palabras se encuentran, registradas en el Cap. 3 y versículo 20 del
Libro de Apocalipsis y dice: "He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en él y cenaré con él y el
conmigo".
Al analizar estas palabras de Jesús lo primero
que salta a la vista es que el esta hablando a la
Iglesia como un
todo, pero a la vez está hablando a cada cristiano en particular. Nos presenta
las características de la
Iglesia de
Laodicea a quien va dirigida esta carta. Para poder entender bien las palabras
de Jesús es necesario que sepamos que la
Iglesia de
Laodicea en su aspecto dispensacional e histórico representa a la
Iglesia apóstata
al final de esta era: relapsa, indiferente, mundana, sin vida y formalista"
El quebrantamiento del yugo y la tiranía romana representada por la
Iglesia de
Tiatira, trajo por resultado la autoridad de la palabra de Dios representada en la
Iglesia de
Sardis. Pero si la voluntad de Dios tal y como se revela en la
Palabra de Dios,
no se recibe, produce como resultado la anarquía espiritual.
La opinión popular ocupa el lugar de la
Palabra de Dios,
cada uno difiere del otro peleando cada uno contra su hermano, como dice la
misma Palabra. Lo cierto es que en estas palabras de Jesús, a él se le ve
afuera. Afuera de la puerta. El hecho de que él se encuentra afuera nos dice a
las claras que una vez estuvo dentro de la
Iglesia y que
hubo causas que lo desplazaron siendo sustituido por otras cosas que la misma
Iglesia absorbió de fuera de tal forma que Jesús quedó relegado a un lugar sin
importancia. Una Iglesia sin Cristo no es Iglesia, porque la
Iglesia la hace
Jesucristo, o está dentro de la iglesia y se le encuentra dentro de la
Iglesia o está
definitivamente fuera de la
Iglesia. No hay
términos medios.
La pregunta que pudiéramos hacernos en estos
momentos es ¿cuáles fueron las causas del desplazamiento de Jesús en la
Iglesia de estos
últimos tiempos representada por la
Iglesia de
Laodicea?. Lo primero que vemos es "tibieza espiritual". Esto nos
revela un estado de conformidad e indiferencia hacia los valores espirituales
de suprema importancia para la vida interna del pueblo de Dios. Descuido de la
vida espiritual, descuido de la lectura de la
Biblia y su
estudio, descuido de la oración como medio de comunicación con Dios, descuido
de la asistencia a las reuniones de adoración, descuido de la visión misionera;
no le importan las almas perdidas, la
Iglesia se sume
en un espíritu egotista, piensa más en ella, en que nada falte para su
funcionamiento, pero esto trae como consecuencia "autosuficiencia y
orgullo espiritual llegando a decir: "yo soy rica, y me he enriquecido y
no tengo necesidad de nada".
Cuando dentro de la
Iglesia faltan
todos los factores espirituales que la vitalizan, Iglesia se ve en la necesidad
de sustituir el vacío con una serie de actividades de aparente espiritualidad
para entretener a las gentes, las cuales a la postre quedan frustradas y
decepcionadas al no poder alcanzar los objetivos de su vocación dentro del
cuerpo. Pero Jesús deja oír su voz diciendo: 'He aquí yo estoy a la puerta y
llamo". El no se ha ido. Aunque él ha sido echado, él todavía sigue a la
puerta de lo que es posesión suya llamando a tu vida, llamando a la
Iglesia , esperando que alguien sensibilice sus oídos
espirituales reconozca la voz del que llama y se disponga a permitir que él
entre.
Ahora sí, y escucha bien, si eres capaz como
Iglesia, o como creyente en particular, de permitir la entrada de Jesús a tu
vida, permitiéndole, nuevamente que él ocúpeme el lugar soberano que él merece
como dueño y señor, te digo que te prepares a estar dispuesto q que arranque
de tu vida toda la ornamentación ficticia y vana que tu has metido dentro;
tienes que permitir que, quizás, con el látigo en la mano, vuelque las mesas y
limpie el templo para que realmente "su casa sea lo que el quiere que sea
"casa de oración". Hay algo muy importante que debes saber y es que
el nunca ha de forzarte a hacer algo que tu no quieres. La puerta del corazón
es como las demás puertas, tiene el cerrojo por dentro. El llama, o le abres
voluntariamente para que el tome su lugar, o lo sigues teniendo fuera dando
voces al aire pero consechando las consecuencias desastrosas que trae esa
actitud.
En esta tarde, ¿por qué no oyes la_voz de Jesús". "Si oyereis hoy su voz no
endurezcas tu corazón". Tu permites que él se meta en tu vida y el lo
cambia todo, si permites que el entre a tu casa, el lo cambia todo. El es la
solución. No busques aguas en las fuentes rotas y secas que te brindan los
pantanos de este mundo. Jesucristo es el camino y la fuente de agua que salta
para vida eterna.
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