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sábado, 1 de octubre de 2011

PEDID TODO LO QUE QUERÉIS Y OS SERÁ HECHO

Mensaje radial Pedid todo lo que queréis y os será hecho. Juan 15:7

Muy buenas tardes estimados hermanos y amigos que están en sintonía con nuestro programa. Es de mucha alegría para nosotros poder entablar esta charla relativa a las cosas de Dios. Yo se que el hombre moderno tiene muchos asuntos y temas para tratar cuando se juntan para charlar, pero yo en esta tarde quiero hablarte del tema más importante, del asun­to mas importante, de Dios. Si tu te pones a pensar un poco te darás cuenta que cualquier tema que trates en tus conversaciones, por muy importantes que sean, son cuestiones de carácter temporales, pasajeras, que conciernen a este mundo material a través del cual pasamos como un soplo, sin embargo cuando hablamos de Dios, estamos tratando asuntos que trascienden al tiempo al espacio, porque se proyectan a la eternidad, sobre la cual, la Biblia, la única y exclusiva Palabra de Dios escrita, nos enseña de una forma correcta y clara y con el propósito de que no ignores el futuro luminoso que Dios tiene preparado para ti si le buscas correctamente.


Yo quisiera llamarle la atención a unas palabras hermosas de Jesús las cuales el apóstol San Juan registró en su evangelio en el cap.15 y versículo 17 y que leemos de la siguiente manera:"Si permanecéis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho".
Por regla general cuando leemos estas palabras y otras promesas similares la atención se fija en las últimas palabras “Pedid todo lo que quisierais y os será hecho”. Nuestro corazón se entusiasma, nuestro espíritu se alegra en pensar en esta grandiosa y poderosa promesa de Dios y decimos dentro de nosotros: "Esta es palabra de Dios", como palabra de Dios él la cumple y si la cumple yo recibiré todo, absolutamente todo lo que yo le pida.

Lamentablemente en ocasiones quedamos frustrados al no ver que lo que le pedimos a Dios se cumple en nosotros" . Pensamos que Dios es una especie de Ada Madrina que viene con su varita mágica pronuncia un “abra cadabra” y ya. Dios no es un sortílego ni un mágico. Los mecanismos que utuliz¿a Dios para responder al clamor o a la petición de alguien, esta basado sobre condiciones
que el mismo ha puesto, condiciones que se constituyen en la base para la manifestación de nuestra fe. Con esto, quiero decir que aunque Dios siempre cumple lo que promete ya que “el no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta”, sin todas sus promesas son condicionales. Haga una prueba y busque en la Biblia y vera los "SI" condicionales que preceden a todas sus promesas.

Ahora bien, podemos preguntarnos ¿por qué condiciones?. El asunto es "que Dios quiere lograr de nosotros algo más que el producir una mera satisfacción por la respuesta a nuestra oración. Él quiere produ­cir algo en nuestra vida espiritual, el quiere llegar profundo en nosotros, que quiere que seamos algo para él, él quiere ver actitudes y acciones que manifiesten la realidad de nuestra fe y obediencia a su palabra y es allí, en ese punto en ese plano que Dios comienza a sentir complacencia en sus hijos y satisfacción en darles lo que ellos necesitan.

Fíjese bien lo que dice Jesús: “Si permanecéis en mi”, en primer lugar, “y mis palabras permanecen en vosotros”, segunda condición, entonces “pidan todo lo que quieran que yo se lo daré”. Qué quiso decir Jesús con estas palabras. Bueno, analicemos un poquito este asunto?. Te has preguntado alguna vez que es lo que quiere decir: "Si permanecéis en mi" ?Qué es estar en él?, ¨¿Qué es estar en Cristo? El estar en Cristo tiene sus implicaciones: la primera de las implicaciones­ es el nuevo nacimiento. Pablo dice: “El que está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron y he aquí, todas son hechas nuevas”. Es imposible estar en Cristo y mucho menos permanecer en el si todavía tú no has experimentado la realidad del nuevo nacimiento. Nuevo nacimiento es el cambio, la transformación interna que produce en Espíritu Santo como producto de tu fe en el sacrificio salvador de Jesucristo, porque “el que cree a Cristo tiene la vida”.

El estar en Cristo produce o implica seguridad. Seguridad de que somos hijos de Dios. El mismo espíritu de Dios da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. El estar en Cristo implica tener una esperanza de gloria; y sigue diciendo la Biblia: "Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, para que juntamente con el sea­mos glorificados, pues tengo por cierto que la aflixiones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada. Sin embargo lo mas importante para Jesucristo es que permanezcamos en él. Cristo tiene que ser una constante en la vida del creyente y todo esto tiene que permanecer en la vida del hombre redimido por Cristo para que la promesa de concederle todo lo que pide sea una realidad d en la vida. Primera condición para qué Dios de respuesta a tu oración "Si permanecéis en mi".

La segunda condición es: "Y mis palabras permanecieren en vosotros”.
La permanencia de la palabra de Dios en la vida de la persona trae por consecuencia frutos que lo hacen acreedor de la respuesta a su oración. Ahora bien Tal vez usted dirá: Si pero la Biblia me dice que todo lo recibimos por fe. Cuando decimos esto nos olvidamos que la fe no es un elemento pasivo, sino que es un elemento activo y que nos impele a la acción, porque la fe sin obras es muerta. La palabra se constituye en la fuente de la fe, ya que “la fe viene por el oír de la palabra de Dios y 1a palabra de Dios en el corazón se convierte en energía, en acción y esa fe nos impele a poner en práctica esa palabra que hemos recibido en nues­tros corazones. O sea que cuando Cristo nos dice “y mis palabras permanezcan en vosotros" no quiere decir con eso que nosotros asumamos una actitud contemplativa ante las virtudes cristianas que se manifiestas en otros sin ser movidos nosotros a hacer lo mismo.
Cuando la palabra de Dios permanece en nosotros ella nos mueve a obedecerla, ella nos impele a cambios,, a modificaciones de actitudes, palabras y obras de tal manera que produce una vida de fe y obediencia que nos capacitan para pedir todo lo que queramos y recibir todo lo que pedimos.

Y mi pregunta en esta tarde es amigo y hermano que me escuchas:
1ro. ¿Te has convertido al evangelio?, ¿eres un hijo o hija de Dios?
¿ya estás en Cristo y Cristo ya está en tí?. Creo que ese es el principio
de la respuesta a tu oración y lo segundo es ¿permanece la palabra
de Dios en tu vida de tal manera que producen los frutos dignos de la respuesta a tu oración?.

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