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sábado, 1 de octubre de 2011

LA ORACIÓN INTERCESORA DE JESÚS

Juan 17

En la oración intercesora de Jesús, podemos observar dos aspectos: el primero, relaciona­do con su labor realizada durante su ministerio público a favor de sus seguidores, que resalta sus relaciones con el Padre Celestial, su obediencia absoluta e incondicional a la voluntad de aquél que lo envió a este mundo; el segundo, cuando él de una forma definida le hace al Padre varias peticiones a favor de sus discípulos y a favor de todos aquellos que a través del tiempo habrían de creer por la palabra de ellos. Quiero referirme especialmente a este segundo aspecto. En el versículo 9 Jesús mismo dice: "Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque tuyos son"Cristo se dispone a hacer una serie de pe­ticiones al Padre a favor de ellos, a favor tuyo y a favor mío. Analicemos que es lo que pide a Dios para nosotros: 


1o. En él versículo 11 ora así: "Padre Santo, a los que me has dado guárdalos en tu nombre”. Jesús estaba preocupado por la integridad tanto física como espiritual de los suyos. Él sabía perfectamente bien que la lucha que habrían de librar aque­llos que decidieran seguirle no iba a ser fácil, porque se enfrentarían a una serie de enemigos que les plantearían una batalla campal con el propósito de hacerles desistir de seguir en el camino del Señor: el mundo, con todos sus matices llamativos, la oposición de los incrédulos, los conflictos y problemas de carácter familiares y financieros, las burlas e incomprensiones aún de aquellos más allegados a ellos, las enfermedades, los sufrimientos... ¡Cuántos frentes de batalla se iban a presentar para el soldado de Jesucristo, en los cuales Sata­nás iba a estar actuando activamente para detenerlos en el camino, para desviarlos, para des­truirlos. Pero querido hermano o hermana que lees estas líneas, quiero decirte que aquella oración hecha por Jesús a tu favor, "Padre guárdalos en tu nombre", todavía sigue vigente, en pie y en estos mismos momentos Dios está actuando a tu favor en respuesta a aquella oración, ayudándote, cercándote, guardándote para que puedas permanecer en medio de tus luchas y salir victorioso o victoriosa en el nombre de Jesús. Él quiere hacerte sentir su ayuda y apoyo en estos momentos.

2o. En el versículo 13 Jesús hace otra petición al Padre a favor de los suyos: "Para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos". Fíjese que el Señor dijo: "MI GOZO". El gozo es un estado de alegría exaltada que produce una sensación de felicidad interna la cual ayuda al creyente a sobrellevar las pruebas por las cuales tienen que pasar los hijos de Dios en su peregrinar en el mundo. El profeta, hablando al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, les exhorta a gozarse diciéndoles: “El gozo del Señor es vuestra fortaleza” . SÍ, gozo es un fruto del Espíritu Santo, producido en el interior de los hijos de Dios. Quiere decir que es posible, en medio de tu prueba, tu aflicción, tu enfermedad tus luchas, sentir el gozo del Señor, y yo te diría que  ese estado interno es una necesidad, pues nos ayuda en medio de nuestras situaciones extremas. Gózate, hermano y hermana, en Cristo, gózate en todo lo bueno que ha hecho a favor tuyo, gózate por la fe en la victoria que Dios tiene preparada para ti, gózate en las bendiciones y lo demás deposítalo a lo pies de Jesús.

Él puede y quiere hacerlo. Ya lo pidió al Padre y él está trabajando tí para darte el gozo y la paz que anhelas.

3o. En el versículo 15, él pide: “No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal". Quizás pudiéramos preguntarnos: ¿no sería mejor estar aislados, en un monte, en las montañas, lejos de las gentes, donde nadie interrumpa nuestra comunión con Dios y la naturaleza?. ¿No sería una forma de estar alejados del mal? A estas preguntas podríamos contestar que no. Este no es el plan de Dios para con nosotros. El lo dijo: "No te ruego que los quites del mundo, como tu me enviaste al mundo, así yo los envío al mundo". ¿Por qué tenemos qué estar en él mundo? Porque el mundo nos necesita. Necesita nuestra luz, necesita nuestra ayuda, necesita nuestras palabras, nuestro mensaje, nuestro testimonio. Jesús lo que pidió fue "guárdalos del mal". ¿Qué quiere decir esto? Que moviéndonos en medio de un mundo que nada provee para que seamos fieles a Dios, podemos influir para que el mundo cambie sin cambiar nosotros. Alguien dijo: “El barco puede estar en el agua, pero no el agua dentro del barco”. Podemos y tenemos que estar en el mundo, pero lo que no puede es el mundo estar en nosotros. Esto se hace posible porque Dios está trabajando en su pueblo y obrando en tu vida como respuesta a la petición de Jesús cuando le dijo: "Guárdalos del mal". Siéntete confiado.

4o. Santifícalos en tu verdad, tu Palabra es verdad”. Esta petición de Jesús a tu favor tiene que ver directamente con la anterior. En esto también trabaja el Espíritu Santo en la vida del creyente, utilizando el conocimiento de la Palabra de Dios para operar esa vida santa que Dios demanda de nosotros. El Espíritu Santo hace real en nuestras vidas la verdad de la Pala­bra, conduciéndonos por el camino de obediencia que Dios demanda. La palabra santo quiere decir “apartado" y "consagrado", o sea, apartado del mundo y consa­grado a Dios. Quizás puedas alegar que las presiones externas, las tendencias humanas, los ataques de Satanás, son grandes obstáculos para vivir la vida de santidad que Dios quiere, pero recuerda que Cristo ora al Padre para que esto sea una realidad, que el Padre trabaja en ti utilizando la obra de su Espíritu, y usa la Palabra para lograr lo que tú, por timismo no puedes. Dios cumplirá su propósito en nosotros. Rindámosnos a él.

5o. En el versículo 20, la oración se hace extensiva y universal cuando dice: “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos”. Esta petición nos toca muy de cerca a nosotros, pues nosotros somos el producto de la labor hecha por otros que nos predicaron la Palabra, y ellos por otros anteriores, y así en esta forma retrospectiva hasta llegar a los apóstoles que fueron los primeros en lanzarse a predicar. O sea, hermano y hermana, tanto tú como yo estamos incluidos. Siéntete feliz porque Dios nos tiene en cuenta como consecuencia de la petición que el Hijo hiciera al Padre. Sin embargo, esto implica también una responsabilidad para ti y para mí delante de Dios y es que, de igual forma, que la palabra fue transmitida a nosotros por otros, así nosotros debemos transmitir la Palabra, el mensaje de salvación, a otros, para que ellos también reciban la bendición de ser hechos hijos de Dios, y ob­tengan salvación en Jesucristo. Gózate en que Jesús te incluyó dentro de sus planes.

6o. Otras de las peticiones que Jesús hizo a favor de sus hijos está en el versículo 21: "Para que todos sean uno como tú, Oh Padre, en mi y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros para que el mundo crea que tu me enviaste. Yo en ellos y tú en mí, para que sen perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos también a mi me has amado". SÍ. Eldeseo de Dios es la unidad de su Cuerpo, y quiero decir que en respuesta a la petición de Jesús al Padre, éste está trabajando en cada creyente en particular y en Su Iglesia en el sentido general, haciendo que su Cuerpo, Su Iglesia, sea una unidad indivisible. Quizás preguntesa: ¿Y porqué hay tantas Iglesias y organizaciones cristianas? Cuando Jesús se refiere unidad, no se refiere a la parte organizativa ni externa. Él se refiere a la unidad espiritual de su pueblo.

El nombre de una organización religiosa no es lo que cuenta para Dios, la unidad se establece en la relación individual que tengamos con la Cabeza, Cristo, y el  mismo Espíritu nos une aquí en un solo cuerpo, cuerpo que está diseminado a través del mundo y al cual Jesús, llamó "MI IGLESIA". ?¿Quieres conservar la unidad espiritual? Conserva tu relación con Cristo, la Cabeza, y el mismo Espíritu Santo te ayudará a discernir quién es parte del Cuerpo, y quién no es parte del cuerpo. Algunos están esperando que todas la Iglesias se unan organizacionalmente pensando que esto es unidad, sin embargo, a pesar de que han pasado casi dos mil años y qué hay diferentes Iilesias evangélicas con diferentes nombres, a pesar de eso, la Iglesia de Jesús siempre ha estado unida, el Cuerpo bien formado, y seguirá unida y bien formada por la eternidad. Dentro de su Iglesia, todos los elementos postizos y que no correspondan a la naturaleza espiritual de su Iglesia, él los separará, como el pescador que separa los peces grandes de los chicos y no podrán heredar el reino de Dios.

7mo. En el v. 24 esta la penúltima petición que Jesús le hizo a favor de nosotros. El pidió: "Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado porque me has amado desde el fin del mundo. Esta petición es grandemente esperanzadora para todo el pueblo de Dios, para ti y para mi. Quiero que pienses en el destino tan hermoso que te ha de tocar vivir un día no muy lejano. El saber que vamos a vivir con Cristo, el saber que vamos a ver su gloria, que vamos a participar de todas las bendiciones celestiales, nos da ánimo, aliento para seguir adelante en el nombre de Jesús.

Jesús mismo le habla a sus discípulos en el cap. 14 sobre este mismo tema y les dice: "No se turbe vuestro _corazón; creéis en Dios, también creed en mi, en la caa de mi Padre muchas, moradas hay, voy pues a preparar lugar para vosotros... Preparare lugar… y vendré otra vez, para que donde yo estoy, vosotros también estéis...”. ¿Sabes ámado herma­no por qué esto va a ser un realidad esperanzadora en nosotros?, porque Dios está trabajando en su pueblo y en tu vida como respuesta a la petición hecha por su Hijo Jesucristo. Porque es el deseo de él que
vivamos eternalmente con él y tener comunión permanente con nosotros. Por esto te digo, hermano, sirve a Dios, sigue sus pasos y ellos te conducirán a la ciudad celestial.

8vo. Y la última petición que Jesús hizo al Padre y que él recalcó, y que tiene que ver con nuestras relaciones mutuas y con nuestro prójimo fue: "Para que el amor conque tu me has amado esté en ellos, y yo en ellos". El les dijo: “En esto conoceréis que sois mis discípulos, en que tenéis amor los unos por los otros". El amor es importante porque une. Pablo dice que es “el vínculo de la perfección”. Es el amor lo que distingue a la verdadera Iglesia de Jesucristo y es el amor manifestado a este mundo lo que hace que las gentes conozcan y se vuelvan realmente a Dios. El amor es algo subjetivo, solo las acciones movidas por éste, hacen ver tu grado y calidad de amor.

?Es posible?. Sí, porque el amor es un fruto del Espíritu y Dios está trabajando en su pueblo como respuesta a la petición de Jesús para hacerlo una realidad en tu vida.

Yo quisiera en esta tarde tratar con usted sobre uno de los pasajes más hermosos y conmovedores de la Biblia. Me refiero a aquella oración que Jesús hiciera a favor de sus discípulos favor de toda la humanidad antes que él ascendiera al Padre. Aquella oración que el Apóstol, Juan registró en su evangelio, cap. 17 y que tanta ayuda, fortaleza y consuelo ha traído a través de los tiempos a los creyentes a través de la historia de la Iglesia. A esta oración le llamamos generalmente la oración intercesora de Jesús. Él ya estaba para ser crucificado, sabía que sus horas estaban contadas, pero su preocupación máxima en aquellos mementos no era él, no era su persona ni los sufrimientos cruentos que habría de experimen­tar cuando se enfrentara con él calvario, sino que su preocupación máxima fue tanto por aquellos discípulos con los cuales había compartido durante algo mas de tres años como por usted y por mí los cuales distamos en el tiempo en mas de dos mil años. Una oración breve, pero llena de contenido espiritual.

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